Los grandes consumidores de energía en la cocina

La cocina es una de esas estancias de la casa donde hay innumerables aparatos que consumen electricidad cuando están en uso. Especialmente cuando se trata de aparatos antiguos, y según sea la marca de electrodomésticos, a menudo hay costes que pueden evitarse con ciertos consejos.

A partir de cierta antigüedad puede ser aconsejable considerar la compra de un electrodoméstico nuevo. Especialmente porque los nuevos dispositivos funcionan con una gestión de la energía completamente diferente y mucho más eficiente. Pero no obstante, con los siguientes consejos es posible reducir los consumos desde el principio, sea cual sea la antigüedad del tuyo.

¿Qué dispositivos consumen más electricidad?

Dentro de la cocina hay unos pocos aparatos que están casi predestinados a consumir mucha electricidad. Estos son:

·         Lavavajillas

·         Frigorífico

·         Congelador

·         Horno

La lavadora es uno de los aparatos que más energía consumen, siempre que se instale en la cocina. Sin embargo, estos cuatro grandes aparatos representan por sí solos alrededor del 50% del consumo total de electricidad.

A continuación, echamos un vistazo a algunos de estos aparatos y explicamos qué opciones tenemos para reducir su consumo.

Ahorrando electricidad en el frigorífico

Una cosa por adelantado: si todavía tienes un frigorífico muy antiguo plantéate siempre comprar uno nuevo: ¡es el único electrodoméstico que está 24 horas al día en funcionamiento! Por lo general son los que consumen más electricidad en la cocina. Con una media de 380 kilovatios hora al año, se pagan unos 100 euros por ello. Con los aparatos más nuevos, que sólo utilizan entre 90 y 150 kilovatios hora al año, los costos de consumo se reducen considerablemente. Dependiendo del aparato, incluso más de la mitad.

Si ya es un dispositivo más nuevo, todavía hay opciones que pueden ser usadas para ahorrar electricidad. Esto incluye, por ejemplo, el ajuste correcto de la temperatura. En muchos hogares este se pone demasiado frío. Un ajuste óptimo se logra con el nivel 3, que enfría todos los contenidos adecuadamente.

También es sensato utilizar correctamente los distintos compartimentos. Siempre está más fresco en el fondo del refrigerador que en la parte superior. Para ello, siempre puedes comprobar la temperatura por medio de un termómetro que se coloca en el refrigerador.

Otro consejo es el mantenimiento regular del congelador, si es que el refrigerador tiene uno. Desafortunadamente, un compartimento congelador en el que se deposita el hielo consume hasta un 30 por ciento más de energía.

 

El horno como otro gran consumidor de energía

Si preparas mucha comida en el horno, también tienes el potencial de ahorrar dinero con él. Por ejemplo, la mayoría de la gente suele tener el horno precalentado, que en principio consume electricidad que no se utiliza adecuadamente. En un año, se llega a un consumo de aproximadamente 110 kilovatios hora, lo que corresponde a unos 28 euros. El precalentamiento cuesta seis euros adicionales por operación.

Y otro consejo: los hornos de pirólisis son cada vez más populares porque son muy fáciles de limpiar. Sin embargo, consumen considerablemente más energía durante el proceso que otras opciones.

Ahorro de energía durante la cocción

Otro consumidor de energía es la placa de cocción, vitrocerámica o de inducción. Pero aquí también, con los trucos adecuados puedes ahorrar dinero.

Un procedimiento típico en la cocina es dejar calentar un cazo con agua a la hora de hervir determinados alimentos, ya sea para cocinar fideos, arroz o patatas. Pero si quieres ahorrar, una opción es preparar esta agua caliente en la tetera y luego verterla en la olla. La diferencia: el agua calentada en la tetera cuesta unos 7,50 euros en términos de consumo de electricidad. En la placa, en cambio, pagas doce euros. Además, puedes usar agua caliente del grifo en lugar de agua fría para ahorrar aún más.

Durante la cocción, una tapa ahorra electricidad. Porque si cocinas sin ella, usas unas seis veces más electricidades. Si calcula esto a lo largo del año, puede ahorrar más de 94 euros.

Ahorro de energía en el lavavajillas

El lavavajillas está presente hoy día en casi todos los hogares. Es práctico porque no tienes que pasar mucho tiempo lavando después de una comida y a menudo limpia los platos y las ollas mejor de lo que puedes hacerlo a mano, ahorrando así más agua.

Un buen lavavajillas utiliza unos 15 a 17 litros de agua durante un ciclo de lavado. En lo que respecta al consumo de electricidad, se puede influir mucho utilizando un programa de lavado diferente. Dependiendo de lo sucios que estén los platos, no sólo se usará menos agua, sino también electricidad. Como consumidor, deberías usar los programas de ahorro de energía ya que funcionan eficientemente en términos de consumo de electricidad y agua.

Una mirada a los costos revela que reduciendo la temperatura de 60 a 50 grados centígrados se ahorra una cuarta parte.

Consejos sobre la clase de eficiencia energética

Cualquiera que esté a punto de comprar un nuevo electrodoméstico debe prestar siempre atención a la denominada clase de eficiencia energética. Y es que esta es la clave para saber si el aparato contribuirá a la hora de ahorrar energía o, por el contrario, encarecerá la factura en exceso.

Los mejores electrodomésticos son premiados con una calificación A+++, e incluso aquellos con una calificación A++ son razonablemente eficientes en energía. Bajo ninguna circunstancia se deben utilizar aparatos que estén por debajo de A, ya que a menudo causan costos más altos en términos de consumo de energía.